El crecimiento económico de Chile se encuentra en uno de sus puntos más bajos en las últimas décadas. Basado en datos del IPoM del Banco Central (Instituto de Política Monetaria), la proyección de crecimiento según CLAPES UC para el gobierno de Gabriel Boric es de 1,7%, el más bajo desde el retorno a la democracia. Esta cifra contrasta con el 7,4% alcanzado durante el gobierno de Patricio Aylwin y el 5,4% en el primer mandato de Sebastián Piñera.
Este bajo rendimiento económico no es un fenómeno aislado. Durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, el crecimiento fue de un 3,5%, disminuyendo a 1,8% en su segundo mandato. Asimismo, Sebastián Piñera logró un 2,5% en su segundo período, casi duplicando la proyección actual del gobierno de Boric.
La falta de crecimiento económico trae consecuencias directas para los chilenos: menos empleos, menores ingresos para el Estado y menos recursos para políticas públicas que mejoren la calidad de vida. A diferencia de periodos anteriores, la actual administración enfrenta una tarea monumental para revertir esta tendencia y estimular la economía del país.
Con estas cifras en mente, el país debe reflexionar sobre las políticas económicas que se están implementando y buscar medidas que permitan un crecimiento sostenido, que genere empleo y mejores sueldos para todos los chilenos.