El mercado financiero chileno sufre un fuerte golpe. La Bolsa de Santiago registró su mayor caída desde fines de 2021, afectada por el pesimismo global y la incertidumbre económica que sacude a los mercados internacionales. Este desplome resalta las vulnerabilidades de la economía local frente a las tendencias mundiales.
En la jornada de ayer, el principal indicador bursátil chileno, el IPSA, cerró con una baja de un 3.5%, arrastrado por la caída de los mercados globales y el temor a una posible recesión económica. Este descenso es el más pronunciado en casi tres años, reflejando un panorama desalentador para los inversionistas. La baja fue impulsada por el retroceso de los sectores minero y bancario, que sufrieron las mayores pérdidas.
La incertidumbre internacional, marcada por tensiones geopolíticas y la política monetaria de las principales economías del mundo, ha generado una ola de ventas en los mercados emergentes. La situación de Chile no es una excepción, y la Bolsa de Santiago se vio particularmente afectada por la caída en los precios del cobre, principal producto de exportación del país.
A nivel local, la situación se ve agravada por las preocupaciones sobre la estabilidad política y económica. Las recientes reformas impulsadas por el gobierno han generado incertidumbre en el mercado, y los inversionistas se muestran cautelosos ante posibles cambios regulatorios