En un acto de vandalismo que ha generado gran controversia, el grupo Activistas de Futuro Vegetal accedió a la casa del futbolista Lionel Messi en Ibiza y la vandalizaron. Las paredes de la propiedad fueron rayadas con pintura roja y negra, dejando un mensaje claro y perturbador.
El propio colectivo ecologista fue quien dio a conocer el hecho, argumentando que esta acción era una forma de denunciar «la responsabilidad de los más ricos en la crisis climática del planeta». Este acto no solo ha causado daño material, sino que ha puesto en el centro del debate la radicalización de ciertos movimientos ecologistas y su impacto en la propiedad privada.
Los activistas, además de pintar las paredes, llevaban una pancarta con el mensaje: «Ayudar al planeta, comerse a un rico y abolir a la policía». Este lema ha sido criticado por promover ideas extremas y violentas, alejándose del diálogo y la cooperación que muchos creen necesarios para abordar la crisis climática.
Las autoridades locales han iniciado una investigación para identificar a los responsables y evaluar los daños causados a la propiedad del reconocido futbolista. La seguridad y la privacidad de figuras públicas como Messi se ha puesto en tela de juicio, así como la eficacia de las leyes para protegerlas de estos actos de vandalismo y extremismo.