En el escenario actual de Chile, donde la justicia y la seguridad están constantemente bajo la lupa, la reciente absolución del excarabinero Sebastián Zamora ha encendido un nuevo debate sobre la eficacia y la objetividad del sistema judicial, particularmente en el desempeño de la fiscal Ximena Chong. Este veredicto no solo marca un revés monumental para la fiscalía, sino que también cuestiona la capacidad de las instituciones para manejar casos de alta relevancia social y política.
En octubre de 2020, durante una manifestación, un joven de 16 años cayó desde el puente Pío Nono al río Mapocho, un hecho que fue rápidamente atribuido a la supuesta acción deliberada de Zamora, generando una oleada de indignación pública. La fiscal Chong tomó las riendas del caso, prometiendo justicia y señalando con firmeza al exfuncionario como el culpable de homicidio frustrado. Sin embargo, la reciente decisión del tribunal de absolver a Zamora ha revelado las profundas fallas en la construcción del caso por parte de la fiscalía.
Es fundamental recordar las vehementes reacciones de figuras políticas como Gabriel Boric, quien, sin esperar el resultado judicial, clamó en redes sociales: «Lo empujaron directamente al río. Exigimos la renuncia de Mario Rozas ahora! Sin más excusas. Y comisión civil para reforma estructural a Carabineros. Esta barbarie no puede continuar. Basta.» Su declaración, cargada de acusaciones, refleja una postura que, en retrospectiva, parece haber sido prematura y carente de la presunción de inocencia que todo acusado merece.
Del mismo modo, Camila Vallejo expresó: «Como @Diputados_PC nos sumamos a la querella por homicidio frustrado contra carabinero q lanzó a joven. Llamamos a la oposición a unirse y ejercer su mayoría para establecer las responsabilidades políticas x la brutalidad policial y las violaciones a los DDHH #fueraRozasyPérez». Esta afirmación, realizada con una certeza que ahora se revela infundada, subraya la tendencia a politizar casos judiciales antes de que se emita un veredicto definitivo.
Giorgio Jackson tampoco se quedó atrás, criticando la supuesta inacción del gobierno y exigiendo cambios drásticos: «Van + de 12hrs desde q carabinero empujó a AA al Mapocho y la última publicación del @min_interior son RRPP de Piñera sobre la ‘paz’. En este momento se exije coraje en la oposición: rechazar ppto de carabineros, exigir renuncia de Rozas y Pérez, y refundar las policías.» La prisa por condenar y demandar reformas radicales basadas en un juicio apresurado plantea serios interrogantes sobre el impacto de las presiones políticas en los procesos judiciales.
La absolución de Zamora no solo expone la debilidad del caso presentado por la fiscal Chong, sino que también invita a reflexionar sobre el papel de los líderes de opinión y políticos en la formación de juicios previos. La justicia debe ser ciega e imparcial, no sometida a la presión de voces que buscan capitalizar políticamente cada evento controversial. La pregunta que debemos hacernos es: ¿Estamos permitiendo que la búsqueda de justicia se vea comprometida por la influencia de aquellos que, con declaraciones precipitadas, siembran más división y desconfianza?
Es imperativo que aprendamos de este episodio para fortalecer nuestras instituciones y garantizar que cada caso se juzgue con la rigurosidad y objetividad que merece. La integridad del sistema judicial chileno depende de nuestra capacidad para equilibrar la justicia con la prudencia, alejándonos de los juicios sumarios y las condenas mediáticas. ¿Podremos, como sociedad, encontrar este equilibrio crucial? El futuro de nuestra democracia y el respeto a las instituciones dependen de ello.